Cadenas Musculares y Fascias – Síntesis

Escribe Dra. Cristina Oleari

Las cadenas musculares (miofasciales) y todo el sistema fascial, considerado como un sistema de integración, constituyen temas centrales de la revista Kiné. Debido al interés demostrado por nuestr@s lector@s, publicamos este artículo de la Dra. Cristina Oleari (Kinesióloga – Fisiatra, docente de la UBA) con algunos conceptos fundamentales y, además, una orientación sobre las ediciones de la Revista Kiné en las que fueron desarrollados en detalle, para facilitar su búsqueda en los ejemplares de nuestra colección.

Las funciones generales de las fascias (tejido conjuntivo, que constituye el mayor componente del cuerpo) son el sostén, la nutrición y la protección.

Diferentes estudios muestran que el sistema fascial es el principal garante del buen estado funcional del cuerpo y de una buena salud. (Paoletti 2004). “El tejido conjuntivo no sólo une las diferentes partes del cuerpo, sino que, en un sentido más amplio, une las numerosas ramas de la medicina”. (Snyder)

Muchos autores han desarrollado el tema de las funciones o roles de las fascias y si bien entre ellos presentan divergencias en sus propuestas terapéuticas, hay consenso en la importancia que reviste el tejido conectivo no especializado en las diferentes funciones que se le atribuyen. (Bienfait 1995; Gabarel B. – Roques M. 2002; Debroux 2002; Paoletti 2004; Stecco 2007, 2008).

Desde el punto de vista morfológico, las fascias brindan la forma y el volumen tridimensional de los tejidos, los órganos y en fin, del cuerpo como un todo.

Desde el punto de vista mecánico, permiten la integración de las características mecánicas de un tejido u órgano interrelacionándolo con el resto del cuerpo y viceversa coordinando las funciones y brindando el sustrato de la unidad estructura – función de todo el cuerpo. Algunas funciones del sistema fascial en relación con la mecánica local son la suspensión y protección, la contención y separación de estructuras, la absorción de choques y amortiguación de presiones.

En sentido más global, las fascias actúan en el mantenimiento de la postura puesto que reducen el gasto de energía actuando por transmisión de fuerzas, aumento de las tensiones y equilibrio segmentario, utilizando el menor consumo metabólico.

Además, las fascias participan como sistema ininterrumpido en la constitución de las cadenas miofasciales.

Se van comunicando unas con otras de una manera armoniosa, toman relevo en algún punto óseo para mejorar su coherencia y su eficacia mecánica. Las cadenas miofasciales se pueden definir como la expresión de la coordinación motriz, organizadas para cumplir un objetivo: tónico-estático y fásico-dinámico. (Carrilero 1999).

Algunos autores (Souchard 1980 – 1988 – 2002; Verkimpe Morelli 1990; Bienfait 1995) ponen énfasis en las características fisiológicas de los fascículos musculares que intervienen en determinadas cadenas miofasciales clasificándolas según su función en: cadenas miofasciales tónicas o estáticas y en cadenas miofasciales fásicas o dinámicas.

La diferenciación entre ambas funciones, tónicas y fásicas, no debe conducir a un concepto de antagonismos entre ambos sistemas miofasciales, sino de sinergias complementarias.

Las cadenas cruzadas (o mejor, espiraladas) presentan una función dinámica, propia de la coordinación cruzada del movimiento humano en el tronco y entre ambas cinturas escapular y pelviana.

El sistema cruzado necesita la estabilidad del sistema tónico.  Y el sistema tónico puede necesitar al sistema cruzado para consolidar su estática cuando ésta se ve amenazada.

 

Síntesis e Integración del sistema fascial

(desarrollado en diversos informes y posters en Kiné desde la edición Nº121 a la Nº 135)

El sistema fascial presenta características anatómicas, biomecánicas y fisiológicas especializadas dando base a los tratamientos de abordaje global y terapia manual. Este concepto de globalidad está basado en la continuidad de ese conjunto funcional en donde la relación entre el tejido conectivo fibroso (aponeurosis, tendones, tabiques inter­musculares, etc.) y el tejido muscular no solo es espacial por su continuidad o contigüidad sino principalmente por su fisiología y regulación neuroló­gica (Kiné 121).

Las cadenas miofasciales representan circuitos según la dirección y los planos por los que se propagan las fuerzas organizadoras del cuerpo que obedecen tres leyes: equilibrio, economía y confort (no dolor); pero ante una patología que altere el equilibrio, priorizará al no dolor para restablecerlo, a costa de la economía de esfuerzo. (Kiné 121- Kiné 124). Cuando se piensa en el modelo de unidad miofascial, muchos autores  definen un componente  contráctil  (la miofibrilla o célula muscular) y dos componentes elásticos: uno en paralelo (las fascias de envoltura) como el endomisio, perimisio y epimisio, y otro componente elástico en serie (es decir, a continuación de las fibras musculares) que involucra a los tendones y a las fascias de inserción, las cuales por la dirección de sus fibras podrán concentrar o distribuir la fuerza desde o hacia un punto óseo de inserción, brindando la base de la continuidad del sistema mio-fascio-tendinoso-óseo. (Kiné 124).

El cuerpo humano se organiza simultáneamente con y contra la pesantez de la gravedad.

Toda la complejidad de la coordinación motriz está en esta interrelación de equilibrio osteoarticular y miofascial, en este interjuego de funciones globales tónicas y dinámicas.

Principalmente para el equilibrio del tronco se describen la cadena tónica posterior (Kiné N° 131) y la cadena inspiratoria (Kiné N° 132). También las cadenas que incluyen a miembros superiores e inferiores (Kiné Nº133 y Kiné Nº134). Las cadenas dinámicas, cruzadas o espiraladas se desarrollan en Kiné Nº135. Los cinco posters de estos ejemplares están integrados en un documento que enviamos sin cargo a nuestr@s suscriptor@s.

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Las cadenas tónicas enumeradas por Souchard (1980) son aquellas que se corresponden con las “grandes hegemonías” como:

  • la función respiratoria (cadena inspiratoria), Kiné 126 y 128 desarrolla los abdominales y el diafragma.
  • la función estática de mantenimiento vertical del tronco y la mirada en la horizontal (propia de nuestra especie), representada por la cadena tónica posterior a nivel del tronco y constituida por la aponeurosis craneal, los músculos de la nuca, los espinales paravertebrales (Kiné 131, fascia toracolumbar (Kiné 122) el cuadrado lumbar (Kiné 129).
  • la función de nutrición; es en ésta en la que se incorpora a las cadenas de miembro superior para lograr acercar el alimento a la boca, son: superior o suspensoria, anterointerna y anterior (Kiné 134)
  • la función de bipedestación (Kiné 133) como las cadenas del miembro inferior son: posterior (en particular el tendón de Aquiles en Kiné 125), anterointerna (en Kiné 127, el Psoas ilíaco como estructura más importante de esta cadena) y lateral descripta en Kiné 123 detallando el tensor de la fascia lata, la unión entre la fascia glútea y la fascia lata, a modo de un abanico miofascial en la región externa de cadera y muslo.
  • y la función sexual y el periné (Kiné 130).

Para los tratamientos de abordaje global, es prioritario comprender la organización fisiológica normal para poder deducir la reacomodación que realiza el organismo ante un esquema adapta­tivo o de compensación a la patología. Dentro de estos abordajes globales, el tratamiento deberá buscar siempre las causas a través de la lógica, la comprensión y el respeto del comportamiento específico de cada estructura. Todas las funciones motrices, estáticas y dinámicas son funciones globales y en este principio se basa la división funcional de cadenas miofasciales descriptas. En este esquema fisiológico, el equilibrio (homeostasis) es prioritario y las soluciones adoptadas son económicas; como el esquema es fisiológico, es confortable y no produce dolor. En el esquema adaptativo, la organización tratará de conservar el equilibrio pero concediendo el primer lugar al no dolor, aunque las compensaciones sean menos económicas (más gasto de energía) hará todo por recuperar el confort (no dolor) y cumplir la función requerida. (Kiné 121 y 124).


La Dra. Cristina Oleari es Kinesióloga Fisiatra (UBA). Profesora Titular de la Cátedra de Biomecánica y Anatomía Funcional en la Carrera de Kinesiología y Fisiatría de la Facultad de Medicina de la UBA, y de la Universidad Fava­loro.

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